La tierra
Pensamos en la tierra o suelo como un sustrato compuesto por una serie de elementos físico químicos que utilizamos para desarrollar un determinado cultivo, a este sustrato le añadimos los nutrientes que determinamos necesita y una vez que nuestro cultivo se desarrolla aplicamos aquellos pesticidas ya sea de manera preventiva o correctiva que nos parecen adecuados. Al final lo que tenemos es un proceso al que cada año añadimos ingredientes para conseguir una determinada cantidad de producto como si fuese una fábrica pero nos hemos dado cuenta que año con año tenemos que añadir sustancias y que la producción es relativamente limitada, en cambio en sistemas naturales como pueden ser los bosques donde nunca se añade nada la abundancia de masa vegetal es evidente…...porque? La respuesta es compleja y se debe a varios factores como pueden ser la poca diversidad de cultivos, poner el foco en cantidad producida y no en rentabilidad, baja o nula presencia animal sobre el suelo y abuso en la práctica del arado entre otros pero posiblemente uno de los factores centrales es que nos hemos olvidado que la tierra es un ser vivo,contiene millones de microorganismos que en simbiosis con las plantas se crea un círculo virtuoso de fertilidad, salud y sostenibilidad. Al añadir todas esas sustancias a la tierra creamos residuos contaminantes y desequilibrios artificiales que a su vez aumentan la necesidad de mayores aportes de fertilizantes y pesticidas y creamos así un círculo vicioso contaminante y poco rentable, dicho de otra forma empleamos grandes recursos en reparar los problemas que nosotros mismos hemos creado.
Los suelos saludables, es decir ricos en microorganismos están dotados de sus propios mecanismos de defensa contra enfermedades y circuitos de producción y aprovechamiento de nutrientes.
Las plantas al llevar a cabo la fotosíntesis inyectan al suelo azúcares y carbono que sirve para atraer y alimentar a bacterias y hongos que a su vez atraen a otros organismos que se alimentan de ellos, este proceso sirve para descomponer los nutrientes que se encuentran en el suelo en forma tal que puedan ser utilizados y absorbidos por la planta, así la planta aporta azúcares y carbono a cambio de todos los nutrientes que necesita.
Los suelos saludables no sólo producen plantas mejores y más saludables, también se convierten en potentes depósitos de CO2, el proceso de fotosíntesis captura CO2 de la atmósfera y a través de las raíces inyecta carbono al suelo, este carbono promueve el desarrollo de hongos cuya estructura se desarrolla en grandes extensiones capturando enormes cantidades de carbono a largo plazo, potencialmente con suelos sanos podríamos capturar entre 10 y 20 toneladas de carbono por año lo que convierte a los suelos sanos en una de las herramientas más potentes que tenemos para devolver al suelo todo el CO2 que ahora se encuentra en la atmosfera y además contar con un ambiente más sano, productivo y rentable.
Agricultura y ganadería regenerativa
La pérdida y degradación de suelo es un hecho que tenemos que enfrentar de forma decidida, hemos perdido gran cantidad de suelo debido a múltiples factores como puede ser la actividad humana, crecimiento de ciudades, agricultura intensiva, actividad industrial, la práctica del arado y deforestación por mencionar algunas.
Los suelos erosionados reducen y dañan los ecosistemas, reducen la productividad agrícola, se pierde la retención de agua, estructura del suelo y hasta contaminación del agua. De acuerdo a la FAO el 33% de los suelos del mundo están degradados y si no hacemos nada esta cifra crecerá al 90% para el 2050 el ritmo de pérdida actual es equivalente a un campo de fútbol se degrada cada 5 segundos.
Con estos datos no vale tener como objetivo cuidar lo que tenemos, es imprescindible ponernos a la tarea de recuperar los suelos y por eso es que tenemos que cambiar de paradigma y adoptar la agricultura regenerativa, es decir aquellas prácticas que no sólo nos dan mayor y mejor productividad sino que lo hacen devolviendo a la tierra mucho de lo que le hemos quitado.
Los principios de la agricultura regenerativa son los siguientes:
1.-Minimizar la alteración de la tierra.
2.-Maximizar la diversidad de cultivos.
3.-Mantener la tierra cubierta.
4.-Mantener raíces vivas a lo largo del año.
5.-Integrar animales.
6.-Integrar árboles.
Basura
Nos hemos convertido en una sociedad que genera grandes cantidades de “basura” compuesta tanto por todo tipo de objetos, infinidad de materiales de empaque, restos de procesos industriales y una larga lista de materiales que de una forma u otra tenemos que disponer de ellos.
La mayoría de estos objetos y materiales pueden ser aprovechados al incorporarlos ya sea al proceso productivo o a la naturaleza y para conseguir esto en orden de eficiencia tenemos que considerar lo siguiente:
- Desde el diseño reducir materiales que acaben siendo residuos.
- Reutilizar aquellos objetos que puedan tener una segunda vida.
- Separar los materiales lo antes posible antes que su mezcla dificulte su aprovechamiento.
- Reciclar, como hacemos muy bien con el papel y muchos de los empaques.
- Aprovechar los residuos como materia prima para otros usos y procesos inclusive el aprovechamiento energético.
- Vertido, este último debemos evitarlo al máximo ya que tiene importantes consecuencias contaminantes.
Nosotros ponemos especial atención a los residuos de tipo orgánico cuyo potencial es enorme siempre que tengan un buen manejo. Los residuos orgánicos son relativamente sencillos de manejar siempre que podamos atajar el problema a tiempo y les demos un destino correcto ANTES de que se mezclen con otros materiales o que por abandono inicien procesos de descomposición descontrolada y contaminante. Si a este tipo de restos se les da un manejo lo más cercano posible al punto donde se generan, podemos evitar la contaminación cruzada que se produce por su manejo y también otras fuentes de contaminación por transporte y tratamiento, en cambio podemos aprovechar los nutrientes que contienen para mejorar todo tipo de suelos.
Compost y vermicompost
Compost y vermicompost son procesos muy diferentes que por el uso de palabras similares pueden ser confundidos y vale la pena aclarar las diferencias entre ellos.
Compost es un proceso controlado aeróbico que utiliza calor generado biológicamente para convertir materiales orgánicos en una enmienda valiosa para el suelo.
En cambio el vermicompost es un proceso que depende de lombrices y otros microorganismos para descomponer materia orgánica y transformar sus características biológicas, químicas y físicas en un producto estable que se puede utilizar como enmienda para el suelo y una fuente de nutrientes para las plantas. En el vermicompostaje el proceso debemos controlarlo de tal forma que NO genere temperatura excesiva ya que esto podría afectar e inclusive matar a las lombrices.
En el compost la variedad y cantidad de microorganismos cambia cuando se alcanzan temperaturas termofílicas por encima de 45ºC en cambio las temperaturas en el vermicompostaje son más bajas y estables idealmente entre 15ºC y 30ºC lo que mantiene una mayor diversidad y cantidad de microorganismos durante el proceso.
Al final la mayor diferencia entre ambos procesos es que en el vermicompostaje la materia orgánica pasa a través del sistema digestivo de la lombriz aportando nutrientes muy valiosos e insustituibles al producto final.
Humus de lombríz
El producto del vermicompostaje con frecuencia se llama “humus” que al ser añadido al suelo incrementa los nutrientes en forma que las plantas puedan absorberlos, mejora la estructura de la tierra lo que fomenta una mejor oxigenación, mayor retención de humedad a la vez que mejora el drenaje de exceso de agua. El humus de lombriz ayuda a las plantas y raíces a crecer más grandes y sanas, incrementa los rendimientos de los cultivos y reduce el impacto de parásitos y enfermedades.
Estructura de consumo
La estructura comercial actual fuerza una forma de producción insostenible tanto por los insumos que requiere, el empobrecimiento de la tierra al que obliga. Este esquema comercial existe por una competencia a muerte de precios bajos lo que a su vez supone márgenes cada vez compactos que a su vez requieren altos volúmenes para amortizar equipos. El consumidor final presiona a toda la cadena de suministro al querer producto siempre presente y abundante lo que genera necesariamente grandes cantidades de desperdicio por empaques y por desecho de producto que no está “perfecto”